Cambara: La jungla ruge en Málaga

Por Orson Pom

En mi anterior post, os traía una entrevista con los responsables de Cambara, un impresionante restaurante de Málaga, ubicado en el Muelle Uno que permite la entrada de perros en su terraza. En la charla nos comentaban algunos aspectos curiosos como cuál es el concepto del establecimiento, como inauguraron tras salir, prácticamente del confinamiento o algunos de los platos 'estrella' del establecimiento, entre otras cuestiones. Pues bien, como plato para hoy os voy a presentar cuál ha sido mi experiencia en Cambara.

Orson Pom, en Cambara. / O. P.

Ir por el Muelle Uno (Málaga) siempre es algo relajante porque pasear mientras ves el mar a tu lado, a la vez que tienes en el horizonte la imagen de la Catedral o la Alcazaba de Málaga es toda una experiencia religiosa, pero también gastronómica ya que la oferta en este sentido que ofrece esta localización de la ciudad es magnífica. Pues bien, entre todos estos restaurantes y cafeterías, hay uno que destaca frente a los demás. Y, ese es Cambara, que se alza como una selva tropical frente al mar Mediterráneo.

La bienvenida a Cambara es un impresionante jardín, convertido en terraza exterior, donde las mesas coloniales que acogen a los comensales se integran a la perfección entre figuras de animales y vegetación. Sin embargo, el viaje no queda ahí, y cuando te sientas, el personal (desde el primero al último) te trata magníficamente -a mí me dieron un bebedero con agua-, puesto que no solo te toma nota sin más, sino que es atento y te aconseja en función de tus necesidades o, mejor dicho, de lo que aspires a vivir en este rincón de Málaga.

La carta es bastante extensa, por lo que nadie podrá decir que no ha encontrado nada que no le guste. Entrantes que van desde los que salen directamente de la huerta como los Cogollos de Tudela, con sofrito de ajos, anacardos y anchoas mariposa; otros que provienen del corral, como los huevos rotos con setas y tartufata; pasando a otras recetas de la parrilla como el entreacto de vaca rubia gallega con patata asada y padrón. Eso sí, sin dejar de lado sus maravillosos arroces, paellas y fideuás, entre una infinidad de recetas que nos daría para varios posts. Todo ello emplatado -para poner la guinda- con mucho gusto, ¿El resultado? Pues unos platos exquisitos con los que el afortunado sentido del gusto se deleitará.

Pero... no creáis que todo el viaje termina aquí, porque nada mejor que saborear un buen postre para endulzarse la vida o brindar por los buenos momentos con alguno de sus maravillosos cocktailes, que te harán teletransportarte a algún paradisiaco destino caribeño.

¿A que no es mal plan vivir la experiencia Cambara? Pues, si te ha gustado te voy a enseñar mi álbum de fotos para que te decidas a ir.