Por Orson Pom
Es sábado, pero hay que levantarse temprano porque la cita merece la pena. Hoy mi familia y yo hemos quedado para ir a desayunar fuera y a mí -Orson Pom-, como ya sabéis, es algo que me encanta. Así, que sonando el despertador no opongo mucha resistencia a la llamada porque sé que vamos a ir a una cafetería muy dulce y que es muy amiga de los perros: Julia Bakery. El hecho de que sea dogfriendly me quita un peso de encima, más que nada, porque así puedo pasar a su interior y, aunque no coma, poder oler el maravilloso aroma de los dulces, panes y cafés a primera hora de la mañana.
Pues bien, como os digo Julia Bakery es una pequeña panadería/cafetería de Málaga, que se caracteriza -además de por ser dogfriendly- por tener una amplia variedad de dulces al más puro estilo americano y una gran diversidad en tipos de panes (todos sus productos los hacen ellos, por lo que tomes lo que tomes será 100% artesanal). Nada más abrir sus puertas, Orson Pom y compañía cogimos una mesa y enseguida el local se llenó de gente, tanto para consumir allí como para llevarse algunos de sus suculentos bocados a sus casas. Es un auténtico espectáculo ver cómo desde que abren Julia Bakery se forma una cola de personas que no desaparece para adquirir alguno de sus productos, por lo que si se te pegan las sábanas y llegas a desayunar un poco más tarde lo mismo no tienes suerte y no puedes comerte esa Napolitana con la que soñabas, ese Cinnamon Roll por el que babeabas o ese Lemon Bar del que tanto habías hablado a tu amigo. Pero no solo de comida vive el hombre, sino también de bebidas por ello, que la carta de cafés y tés también da de sí, para que todo el mundo que entre en Julia Bakery tenga una opción con la que disfrutar el momento.
Es tal el devenir de personas, que es normal que en una de sus columnas esté escrito 'Order Here' (pedir aquí), es decir, que hay que pedir en la barra, ya que si ellos tuvieran que ir a tomar nota a las mesas, esta acción podría considerarse una auténtica 'misión imposible'.
En cuanto a la atención, os tengo que decir que los dueños de Julia Bakery son súper agradables, pero no solo con el público humano que allí llega, sino también con los perretes como yo. De hecho, como fui muy bueno me dieron unos snacks caninos por mi buen comportamiento, así que salí encantado y dispuesto a volver cuando quiera mi familia, ya que por mi parte no pondré ninguna objeción.
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