Por Orson Pom
¿Qué tal amiguis? Espero que estéis todos súper bien y que todo os vaya a las mil maravillas. Para hoy os traigo dentro de Orson Gourmet una recomendación para los paladares más sibaritas y necesitados de un poco de glamour, que tal y como están las cosas no viene nada mal para evadirse y echar un rato de lo más agradable en un lugar de ensueño y, lo más importante para nosotros los perros, que sea dogfriendly. Pues, ese sitio existe y se llama Rosas Café. Se encuentra ubicado en Marbella, concretamente en Puerto Banús, y es una auténtica pasada. Así, que si os pilla cerquita no dudéis en ir a visitarlo y si no sois de Málaga, nada más que las circunstancias nos dejen movernos con libertad, os animaría a que hagáis una escapada a la provincia y de paso os toméis algo en Rosas Café.
Pues bien, no me enrollo más y os cuento cómo fue la experiencia que, seguramente, es lo que os interesará leer.
Nada más llegar a Rosas Café te das cuenta que te encuentras en otra dimensión y como por arte de magia te sumerges en un ambiente que emana paz y tranquilidad a partes iguales. Sosiego y chicismo clásico emanan desde el arco de flores que te da la bienvenida para que tu experiencia esté a otro nivel. Los camareros, muy amables todos, te dan mesa y te dan su original carta, que te recuerda a las revistas más famosas de moda como Vogue, para que vayas pensando que pedirás, algo que te aseguro que te será difícil porque todo te llamará la atención. A medida que vas leyendo sus platos, la boca se te hace agua, pero no solo la nuestra, sino también la de los humanos, porque hay que verlos como empiezan a salivar, mientras leen todos los desayunos, su amplia carta de bebidas (café, batidos, smoothies, cocktails), las opciones del almuerzo, todo muy sanito o como se diría hoy, todo muy healthy, como recetas de poke, ensaladas, wraps o hamburguesas, entre otros placeres de la gastronomía. Pero ahí no queda la cosa, puesto que los postres ponen la guinda con sus magníficas tartas o sus infinitos tipos de cafés.
Por otro lado, para nosotros -los perros- también tenemos nuestra carta y en ella podemos pedir lo que más nos guste... bueno... en realidad, pedirán nuestras familias por nosotros, ya que nos conocen perfectamente, y os digo, porque me pasó, que no querréis que os quiten el comedero de vuestro lado. En mi caso, me pedí unas madalenas de brócoli que nada más las trajo el camarero no pude resistirme a ellas de lo deliciosas que estaban. ¡Ah! que ya se me olvidaba... en Rosas Café no solo os servirán en un plato para vosotros, sino que además tienen cestitas y cojines para que os sintáis cómodos y como en vuestra casa.
De hecho, tan a gusto nos sentíamos (el día de sol, algo habitual en mi tierra, acompañó a que la visita fuera genial) que nos dio mucha pena tener que marcharnos. Así que, como nos encantó, hemos prometido que volveremos muy pronto y, de paso, probar otros platos de la carta. Y es que... siempre hay que mirar la vida de color de rosa.
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